Adéntrese en lo más profundo de la Ciudad de los Sultanes

Me encuentro caminando a orillas del Bósforo, esquivando transeúntes y pescadores que se amontonan a lo largo del Puente de Galata. Mi intención es llegar hasta el barrio de Karaköy y alcanzar varios cientos de metros colina arriba la famosa Torre de Galata. Todo esto solo puede significar una cosa: me encuentro de viaje en la maravillosa y mágica ciudad de Estambul. La diminuta descripción que he hecho para abrir esta entrada no es más que un pequeño tentempié de lo que nos ofrece esta magnífica urbe. Estambul, con alrededor de catorce millones de habitantes, cautiva por su belleza y riqueza cultural. Cada rincón de la ciudad guarda secretos por descubrir y experiencias inolvidables por vivir.

 

En la parte más histórica y turística de la ciudad, destacan la Basílica de Santa Sofía y la Mezquita del Sultán Ahmed. Comencemos por el Gran Bazar, punto de partida en la parte europea de Estambul. Al salir, caminamos por las calles de la ciudad antigua hasta llegar a la Cisterna Basílica. Esta estructura subterránea del periodo bizantino abasteció a la ciudad durante siglos. Es una visita obligada, en mi opinión.

 

Mezquita del Sultán Ahmed, edificio de cúpula de hormigón marrón y azul, visitable en tu viaje a Estambul

Un poco más adelante, a unos cien metros, encontramos Santa Sofía. Inicialmente fue una iglesia ortodoxa, luego una mezquita y ahora un museo. Es un templo increíble de gran belleza. Frente a él, se alza otro coloso, la Mezquita del Sultán Ahmed, en el extremo opuesto de la plaza. Sin movernos, rodeando Santa Sofía, llegamos a una de las puertas que conducen a los jardines del Palacio de Topkapi. Este antiguo palacio real es ahora un museo que alberga tesoros árabes invaluables.

 

En nuestro particular viaje por el centro histórico de la antigua Constantinopla, encontramos el Bazar de las Especias, un lugar abarrotado de gente y lleno de colorido que no debes perderte. Muy cerca de allí, llegamos a las orillas del Bósforo, estrecho que separa literalmente Europa de Asia. El ferry que transporta de una orilla a otra a miles de personas a diario o los diversos cruceros que operan cada día para mostrar la belleza del canal son otras de las experiencias que hay que vivir. Al otro lado, caminando un poco por el barrio de Üsküdar podemos apreciar el día a día y trasiego de sus habitantes y comercios y la belleza de sus calles.

 

Desde el lado occidental, como he explicado anteriormente, cruzamos el puente de Galata, y después de subir a lo alto de la torre y contemplar las increíbles vistas que ofrece, nos dirigimos hacia la avenida Istiklal, una avenida de unos tres kilómetros de largo. En ella encontramos todo tipo de comercios, zonas de ocio, bares,… y una ingente cantidad de gente caminando en ambas direcciones. Probablemente la avenida peatonal más concurrida de Estambul. Al final de ésta, llegamos a la Plaza Taksim, lugar también muy transitado por locales y turistas, con gran actividad social y comercial y donde se encuentra el Monumento a la República, monumento que conmemora la proclamación de la República de Turquía.

 

Todos los lugares y monumentos que he nombrado arriba son sólo una parte de lo que podemos apreciar en Estambul. Pero para realmente poder disfrutar de una de las ciudades más bonitas del mundo, que mejor manera de hacerlo que experimentar esa sensación viajando hasta dicho lugar.